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El Caldero Femenino

El empoderamiento femenino a través de la brujería

Desde que el hombre tuvo la posibilidad de perpetuar su historia por medio de escritos, o por tradición oral, se ha mostrado a la mujer como alguien inferior, sumisa, casi que inútil, rebajándola a simplemente una "acompañante" del hombre. Pero la cosa cambia cuando una mujer se salía de los parámetros establecidos por el hombre.

Cuando era el caso, y una mujer se mostraba rebelde, inteligente, fuerte, como una igual, la historia -contada por hombres- la catalogaba como peligrosa, como un ser malévolo del que hay que temer. Un claro ejemplo es Lilith, la primera mujer según la biblia. Ella no salió de la costilla del hombre, ella fue creada como su igual, pero decidió no seguir las órdenes de Dios de ser la simple compañera de Adán, por lo que huyó del "paraíso". Desde entonces se le muestra -si es que se llega a hablar de ella- casi como la representación de un demonio.

Algo muy parecido sucedió a través del tiempo cuando las mujeres, al menos en el mundo occidental, demostraban ser igual o más habilidosas que los hombres contemporáneos a ellas. Se les catalogaba como "brujas", personas que hacían pactos con el demonio y que eran extremadamente peligrosas para la sociedad por lo que debían ser exterminadas cuanto antes. Uno de los ejemplos más representativos de esto fue la cacería y matanza de brujas en Salem, en el siglo XVII.

Pero aquí vas a poder encontrar el lado de la historia que nunca cuentan, el que no está relacionado con un ente maligno, sino con la energía femenina en su máxima expresión de poder. Aquí vas a poder encontrar la historia de las brujas perpetuada por las hijas de las que no pudieron quemar en su entonces.

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